Alguno recordará que en los felices tiempos que precedieron la vigente crisis el Presidente del Bobierno andaba a codazos con otros líderes mundiales para figurar en el retrato de los veinte magnatarios más poderosos del mundo. Propósito finalmente logrado merced a los oficios de Sarkozy al que le sobraban un par de sillas en una de las cuales posó sus augustas posaderas el prócer vallisoletano. Y bastante que se rió el presidente galo como alguien quizá también recuerde. El afán de figurar, el ansia de contar entre los importantes, el deseo de ser tomado en serio por sus compatriotas y tal vez por la integridad del globo terráqueo parece latir en incesante anhelo en el corazón de este castellano leonés que tenemos de Presidente. Y eso que ahonda en lo más íntimo subsiste incluso en tiempos de crisis. Ahí tenemos lo de Grecia. En Grecia están jodidos. Muy jodidos. Las malas lenguas dicen que tienen casi tanto paro como España. ¿Quién los salvará? España Y ahí va la mujer esta que sale siempre para dar la cara por el Bobierno para informar al ciudadano de que vamos a soltar noscuantos miles de millones de euros para que la economía griega no se vaya a tomar por culo. ¿Y la nuestra? ¿No estamos en recesión, en crisis y en la polla en vinagre? Si, ciertamente. Pero a diferencia de nuestros amigos griegos los españoles tenemos algo especial, algo que nos hace distintos y tal vez superiores a los otros países. Nosotros tenemos eso, dos cojones Y ahí vamos nosotros con nuestros dos cojones soltando diez veces más de lo que nos hemos ahorrado jodiendo la Oferta de Empleo para que el mundo se entere de que a chulos no nos gana nadie. Por lo menos de que a chulo nadie gana a Zapatero, que es el que sale en la foto. Yo no salgo. Ni tú tampoco.